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Tresigallo
La ciudad Metafísica
A mitad de camino entre Ferrara y los Valles de Comacchio, sumergida en el verde de la llanura ferrarana, toma forma Tresigallo, una ciudad utópica e ideal.
Palacios de mil colores, torreones, pórticos de mármol, cilindros, conos, paralelepípedos, arcos que se pierden en el horizonte: pasear en estos lugares es una experiencia única y rica de encanto. El silencio que envuelve el paisaje, interrumpido por el cadencioso fluir del agua de la fuente, nos proyecta en una dimensión suspendida entre geometría y sueño.
El visitante se fascinará con la policromía de la arquitectura racionalista: una liberación de colores, cálidos y fríos. Esta alternancia de distintos colores nos proyecta en otra dimensión, en otro lugar con un estridente contraste con los centros que normalmente se juntan recorriendo la provincia ferrarana y la Llanura Padana. Tresigallo se convierte en un juego de simetrías particulares, de espacios superpuestos, de armonías estudiadas: es el resultado del trabajo de anónimos albañiles, mamposteros, carpinteros, cristaleros, marmolistas, pintores, escultores, ingenieros, agrimensores y de artistas todavía poco estudiados como Pietro Porcinai, (arquitecto paisajista), Ugo Tarchi (ingeniero), Giorgio Baroni (es innovadora la experimentación del hierro y el cemento presente en un cobertizo de la M.A.L.I.C.A).
Hay una dimensión mágica y metafísica en Tresigallo, una especie de loca tranquilidad debida al hecho de que el lenguaje urbanístico y arquitectónico no ha sufrido alteraciones particulares a lo largo del tiempo. Por lo tanto se ha enredado en el encanto de una ciudad nacida y muerta con su inventor, petrificada en su evolución, paralizada en 1940.
Por dichos motivos, Tresigallo representa una experiencia arquitectónica tan feliz como absolutamente solitaria, uno de los pocos ejemplos conservados de ciudades con una fundación diseñada al detalle, un patrimonio de sugestiones sociales como solo un telón "viviente" puede sugerir. En 2004, por su particularidad reconocible vinculada a un periodo histórico preciso, ha obtenido el reconocimiento de "Ciudad artística".
El viaje en el tiempo para descubrir la arquitectura racionalista puede empezar.